viernes, 2 de septiembre de 2016

Maya


Acabo de ver en los informativos la preciosa historia de Maya. Desde hace días, esta perra espera impertérrita como soldado fiel a su dueña ingresada por una apendicitis en el Hospital General Universitario de Elda. El propio personal del centro médico, maravillado y sorprendido, narraba la historia en sus redes sociales.
Inmediatamente uno recuerda 'Siempre a tu lado, Hachiko', esa película que me dejó al borde de la deshidratación por vía lagrimal y que narra la historia real de un can que cada día esperaba la llegada de su dueño tras la jornada laboral en la estación de tren de Shibuya, en Japón. Tal era la fidelidad marcial del animal que, una vez fallecido su amo por un infarto, Hachiko continuó con su guardia día tras día en la estación. Guardia a la que no dio tregua hasta que él mismo pasó a mejor vida y, como defenderán los creyentes, volvió a reunirse con su dueño en el cielo.
Por cierto, Hachiko era un perro de raza akita inu. Maya, también.



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