En 1993 la todopoderosa Disney compra Miramax por 60 millones de dólares. Los Weinstein siguen capitaneando el navío hasta el 2005, y en ese tiempo dan a luz películas de tanto calado entre el público cinéfilo como Pulp Fiction, El paciente inglés o El indomable Will Hunting. Ese año dejan Disney para formar su propia productora: The Weinstein Company.
Harvey Weinstein era uno de los hombres más poderosos de Hollywood. Sus películas aúnan más de 80 premios Óscar y alrededor de 350 nominaciones. Muchos coinciden en destacar su brillantez y buen olfato, que están fuera de toda duda, y no era raro escuchar su nombre en los discursos de agradecimiento de los actores galardonados en los principales certámenes, como en el de la reivindicativa y feminista Meryl Streep en los Globos de Oro de 2012.
Hace unos días salió a la luz que Harvey es un "gánster sexual" (así lo definió el director Paul Schrader en un post de Facebook que posteriormente borraría). En un lenguaje más llano y entendible por todos, el mayor de los Weinstein es un cerdo que se aprovechaba de su posición privilegiada para abusar sexualmente de jóvenes actrices a las que a cambio prometía papeles en sus películas. Entre sus víctimas están Angelina Jolie y Gwyneth Paltrow (quienes a pesar de su estatus, sorprendentemente no se habían pronunciado hasta ahora), Rose McGowan (que muchos recordarán por su papel en la serie Embrujadas), Ashley Judd (Frida) y Cara Delevigne (Escuadrón Suicida). Por dar una pincelada veloz acerca del aspecto más morboso del asunto, un modus operandi que se repetía en los asaltos sexuales de Weinstein era el encontrarse con las víctimas en la habitación de un hotel (imagino que con la excusa de cerrar flecos acerca de los papeles que interpretarían en tal o cual película), aparecer desnudo y pedir un masaje. Como ayuda para los escépticos (posición especialmente loable y de agradecer si uno es periodista o simplemente le preocupa conocer la verdad del asunto) la modelo Ambra Battilana, que sufrió las embestidas del productor, logró grabar uno de esos momentos:
¿Qué asco de tío, eh? Todo lo escrito arriba ya lo conocerá el que esté mínimamente informado del caso. Y poco más hay que decir acerca de él. Según parece, la carrera de este sinvergüenza está rota, así como su matrimonio con la bellísima Georgina Chapman. Y del estado de su reputación podemos hacernos una idea. Todo gracias a la valentía de la primera mujer que denunció algo que Weinstein hizo impunemente durante décadas. Y ojo, ahora está él en el ojo del huracán, pero dudo mucho que sea el único baboso aprovechado del mundillo cinematográfico (y a saber qué se cuece en el de la moda).
Pero lo que a mí más me llama la atención de todo este caso es la hipocresía hollywoodiense. Hoy mismo, Ryan Gosling publicaba un mini comunicado en Twitter condenando los hechos. Entonces, ¿tenemos que creer que existen actores en la meca del cine que no conocían las malas prácticas del productor? ¿No habían oído rumores? ¿Ni una sola de las incontables víctimas (cada día se conoce una nueva) comentó nada al respecto a sus compañeras y compañeros de profesión? ¿Hemos de creer que la gran amiga de Weinstein, Meryl Streep, tampoco sabía nada? ¿Eva Mendes, pareja de Ryan Gosling, nunca escuchó algo acerca de los peligros para las actrices de un encuentro íntimo con Weinstein? Y si lo escuchó, ¿nunca le comentó nada a su chico al respecto?. El cineasta Paul Schrader (el del post borrado de Facebook que menciono más arriba) escribía: "¡Por supuesto que sabía que Weinstein era un gánster sexual! Como lo sabía todo aquel que se cruzó en su camino". No me digáis que no cuesta creerse el estupor de Meryl Streep...
¿Acaso tampoco conocía la actriz los pecados de Roman Polanski? El director francés no pisa suelo estadounidense desde finales de los 70, cuando fue condenado por abusar sexualmente de una niña de 13 años a la que previamente había invitado a champán, drogado y fotografiado en topless. Nada de esto fue óbice para que una arrobada Meryl Streep estallase de júbilo cuando la Academia otorgó el Óscar al cineasta por El Pianista en 2003. Por cierto, que Polanski está siendo de nuevo investigado por un caso similar (una niña de 15 años en 1972).
¿Más? Dylan Farrow, hija adoptiva de Woody Allen, al que he de admitir que pocas películas le tolero, denunció en una carta cómo su padrastro abusó de ella cuando sólo tenía 7 años. En este caso hay que aclarar que nada ha podido ser probado y que incluso el hijo biológico de Allen y Mia Farrow, Moses, defiende a su padre.
Otro escándalo en la industria fue el protagonizado por Casey Affleck, aunque es importante destacar que aquí hablamos de acoso sexual (que algunos, especialmente en Twitter, confundían con abuso). Según Amanda White y Magdalena Gorka, productora y directora de fotografía de 'I'm still here', documental que dirigía el menor de los Affleck, el ganador del Óscar por Manchester frente al mar las acosó sexualmente en repetidas ocasiones y las maltrató abusando de su poder. Aunque ambas lo demandaron y solicitaron 2 millones de dólares, finalmente las partes llegaron a un acuerdo para evitar el juicio.
Precisamente, el hermano mayor de Casey, Ben Affleck, acaba de ser señalado por Rose McGowan como encubridor de las malas artes de Harvey Weinstein. Por si esto fuera poco, a esta batalla entre los actores celebrada en Twitter (¿dónde si no?) se sumó Hillarie Burton, quien recordó que Ben la "manoseó"durante el programa TRL. Tela marinera.
En fin... ¿Realmente nos tenemos que creer que hay alguien sorprendido en Hollywood con lo que ha pasado con Weinstein? ¿Sinceramente alguien cree que no hay decenas de Weinstein por ahí haciendo de las suyas y que nadie sabe nada al respecto? Hollywood, la meca del cine... y de la hipocresía.
Ah, por cierto, un detalle inquietante: Harvey Weinstein es el padrino de Penélope Cruz en Hollywood.
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